XXIII General Chapter - July 22nd
2007-07-22
22 de julio 2007 Hoy, ha amanecido un día claro, el santuario de Loyola, rodeado de montañas, que parece le quieren proteger, lucía esplendido el sol, pero pronto, este se ha visto
ensombrecido por la marcha precipitada de nuestra querida hermana Martha de la Torre, pues su madre está agonizando. La hemos rodeado de cariño y plegaria mientras la despedíamos. La Hna. Mª del Carmen Liébana, la ha llevado al aeropuerto de Bilbao.
Enseguida nos hemos reunido en la sala del Capítulo. Hemos comenzado la última sesión con una invocación al Espíritu Santo. Hemos entregado nuestras hojas de evaluación escritas y a continuación hemos votado las actas del Capítulo.
Después de haber dado gracias al Señor, por cuanto ha realizado entre nosotras durante este tiempo del Capítulo, Christine, en nombre de la asamblea ha agradecido mucho a la Hna. Mª Dolores Palencia, csjl. por lo bien que ha desarrollado su papel de moderadora. También con un pequeño obsequio y un fuerte aplauso, hemos dado las gracias, a la secretaria del Capítulo, a las secretarias técnicas, a la secretaria de sesiones y a las traductoras.
A las 12,30 hemos celebrado la Eucaristía, que ha presidido el P. Federico Elorriaga, los cantos y bailes han expresado la diversidad de nuestras culturas contribuyendo a la belleza de la Celebración. Antes de la bendición final, e invitadas por la Hna. Christine Barrière y el Consejo General, hemos votado a mano alzada y en unanimidad, la clausura del Capítulo.
Poco a poco dejamos Loyola, con el corazón lleno de gozo y también con cierta impaciencia, por el deseo grande de compartir cuanto antes, lo que hemos vivido.

Sin embargo antes de despediros ,os queremos dejar, con el testimonio de tres de nuestras hermanas capitulares más jóvenes:
En nuestra primera experiencia como capitulares, os podemos decir, que hemos sentido latir el corazón de la Congregación y que verdaderamente es el Carisma el que nos une en un único amor por Dios y la humanidad.
La dimensión multicultural y la internacionalidad, dinamizan nuestra vocación reparadora y nos invita a una acogida más abierta, una escucha más activa a cada hermana, a cada realidad. Sentimos que hay vida, y que cada una se siente más misionera, allí donde está.
Nos vamos de Loyola, con el corazón lleno de agradecimiento, de esperanza y de celo para llevar la antorcha de amor a nuestras comunidades y países respectivos.
Las hermanas más jóvenes del Capítulo:
Guadalupe de Méjico, que está en Guatemala
Eugenia de Madagascar
Denise, de la Isla Mauricio, que está en Congo